Foto Vía Flickr sailorav
Parecería que los dos eventos, filme y experimento, son los lados opuestos de un espejo, o una perversa clase de metaficción.
La clara referencia a la teoría de conspiración sobre el supuesto falso alunizaje de 1969 contrasta con la realidad y entusiasmo que causa en algunos Mars500: el hombre está todavía muy lejos de colonizar un planeta, y no le queda otra cosa que la simulación. La imagen de uno de los voluntarios probando su traje espacial, con un grupo de observadores a su espalda, puede resultar patética y absurda. Esta me recuerda nuevamente el cuento 13 a Centauro, de J.G. Ballard –que mencioné hace un par de años–, donde lleva este tipo de experimento hasta sus extremos.
Las palabras de uno de los 'viajeros' suenan vacías: "Saludos a todos los exploradores del mañana, les deseo éxito en sus misiones"; raro en alguien que no se desplazó a ningún lado, ni ha explorado nada. Aunque no se niega la importancia del experimento en si, que intenta analizar la convivencia y aislamiento de un grupo de astronautas durante un hipotético viaje interplanetario, tampoco es el primero en su tipo, y para el caso hemos conocido historias reales de aislamiento y supervivencia al límite, desde tripulaciones de submarinos hasta mineros chilenos.
De la película Capricorn One (1977)
"Shhht! No hagan ruido, está en Marte" Foto: ESA/IPMB