martes, marzo 02, 2010

Perdido con Lost

'Telefonovisión' 18 de julio de 1969. Periódico El Universal (México)

Aparentemente no existe un límite (…) En este lugar puede decirse cualquier cosa y será cierta y habrá que creérsela. 
El tercer policía (p.128)
Lo anterior es mencionado por el 'alma' del protagonista de la novela El tercer policía (1967) para referirse al mundo en el que se desarrolla la peculiar historia escrita por el irlandés Flann O'Brien. La edición disponible en librerías tiene un cintillo donde se lee una cita textual del productor del programa Lost, en la que asegura que el libro en cuestión es la fuente de inspiración original de la paradigmática serie –a mi gusto una observación un tanto arbitraria-. Híbrido entre Alicia en el país de las maravillas y Una vuelta de tuerca, la novela, plena en simbolismos, narra el viaje delirante de un hombre pusilánime, quien evade cualquier tipo de responsabilidades al cobijo de su obsesión por los textos de un científico loco (De Selby, al parecer un personaje recurrente en la obra del autor). Tras cometer un crimen por dinero, descubre que la casa de su víctima es el portal hacia un mundo alternativo donde rige el ómnium, “…la esencial e inherente esencia interior que se oculta dentro de la raíz de la médula de todo, y siempre es lo mismo.” (p.163) En este sitio las bicicletas son objetos imprescindibles y muy codiciados, que a fuerza del uso cotidiano han encontrado la simbiosis perfecta con el hombre. Hay una cámara subterránea que alberga un mecanismo milagroso (!), capaz de reproducir cualquier objeto. Por si fuera poco, la eternidad se puede encontrar gracias a un mapa formado por las grietas del techo. La seguridad del lugar está a cargo de tres policías cuyos métodos de investigación son tan extravagantes como su personalidad. ¿Misterio? Claro. ¿Sátira? Tal vez. ¿Surrealismo? Sin duda. Tiene sin embargo un final que luce decepcionante. Parecería que se llena de trucos para sorprender al público no acostumbrado a leer fantasía. 
Ignoro cuál sea la razón por la que se le considera novela de culto, acaso por su resurrección al amparo de la serie de televisión ya mencionada. Si algo tienen en común las dos historias es la cantidad de pistas falsas, ciertas alusiones a la tecnología de avanzada, que solo nos llevarán a una resolución que se antoja predecible. Le perdí la pista a Lost desde la tercera temporada. En realidad me ha servido más leer spoilers, aplicar la ley del abuelo Emmerson en Lost Boys, ¿para qué necesitas una televisión si tienes el Tele-Guía? Esperaré a que me cuenten el capítulo final. Hay gente que disfruta leyendo novelas donde sabe qué sucederá a la página siguiente, y parece que este será el triste caso de la serie televisiva más famosa, que ha sobrevivido gracias a la expectación, el hype tan característico y complaciente del momento. Estoy de acuerdo en que no todos los misterios tienen que resolverse, pero ya bastantes existen en la vida cotidiana como para tragarnos seis temporadas de una quimera narrativa que podría ser eterna (quizá esta sea la estrategia para permanecer muchos años más). Eso si, se agradece la presencia de Yunjin Kim…