viernes, mayo 18, 2007

Straylight Heights


A veces cualquier cambio en tu vida es parecido a los de formatos tecnológicos, como del betamax al VHS –¿existe realmente una nueva batalla entre Blu-ray vs HD-DVD o es otra vil estrategia de mercado?–.
La primera vez que leí Neuromancer (en inglés), no pude terminarlo por completo, menos me salté varias páginas; la jerga empleada en aquella novela me superaba, era demasiada para mi capacidad de traducción en aquel entonces, aunque entendí el concepto básico. La segunda vez que la leí, fue en 1998 con la traducción de Minotauro, la primera edición de bolsillo editada en español. Ahora que vuelvo a recuperarla, nueve años después –consultando las dos versiones simultáneamente– me asombra la perspectiva que tengo de ella. Es cierto aquello que cambiamos para seguir siendo los mismos. Neuromancer tiene la estructura de una novela de fantasy, pero con el añadido cibernético: la aventura que describe puede estar ocurriendo en este momento. ¿Ochentera? Ochenterísima, justo como la época en la que vivimos (en México los 80 nunca se fueron, ni la actitud ni las modas). Se acerca un cambio significativo para este blog, y en realidad creo que me había tardado un poco en hacerlo.