viernes, mayo 25, 2007
1977: Before and After Science (Fiction)
Para quienes apenas habíamos nacido, aquel año nos parece mágico y muy divertido; se trata del cenit de la cultura popular anglosajona, misma que aun reina en el amplio sector de la sociedad clasemediera del siglo XXI. La explosión punk y la música disco movían a la gente (¿quién acuñó el término 'punk bailable'?) mientras la NASA enviaba al espacio las sondas Voyager, cargando con un disco de oro a manera de postal con sonidos e imágenes que pretenden describir la complejidad de nuestro planeta –por cierto, Werner von Braun, padre del programa espacial estadounidense, murió en julio de ese año–.
Kiss estaba en la cima de su popularidad y Queen lanzaba News of the World con el sencillo We're the Champions. John Lennon hace una última aparición pública durante la toma de posesión del presidente gringo Jimmy Carter antes de recluirse por el resto de la década. David Bowie, recién salido de una etapa autodestructiva y fresco después del estreno de la película The Man Who Fell on Earth (1976), se ayuda de Brian Eno para sorprender con los discos Low (enero) y Heroes (octubre). Eno también lanza un disco con el título 'Before and After Science'. Stephen King tenía 'The Shining' en las librerías, y además, bajo el seudónimo de Richard Bachman, publica 'Rage', donde un estudiante mata a tiros a los que le hacen la vida imposible, en una especie de funesta premonición. En las calles de Nueva York el Hijo de Sam buscaba chicas rubias a quién balear. La cocaína era la droga del momento.
La C.F. tomó diferentes caminos; al agarrarse de la tecnología disponible vio en el cine un renacimiento con Star Wars, el blockbuster por definición. En diciembre de aquel año se estrenó también Close Encounters de Spielberg. Mientras el celuloide se disparaba realmente hacia el espacio, demostrando que también podía generar ganancias, la contraparte literaria regresaba su atención a los problemas en la Tierra y buscaba darle nuevos giros al desgastado género: Philip K. Dick publica A Scanner Darkly.
Se cumplen 30 años de un singular éxtasis mediático. Durante este tiempo el Voyager ha viajado 101 Unidades Astronómicas, esto es aproximadamente 15,200 millones de kilómetros, y está a punto de salir de la influencia del Sol; está haciendo bien su trabajo, me da gusto porque éste si llegará a una galaxia muy lejana.
Cada quién sus vicios, aunque creo que hay algo terrible y patético en los hombres disfrazados como personajes de la Guerra de las Galaxias (o peor aún ¡los que visten a sus hijos como jedis!) Sin duda Star Wars le dio a mucha gente una razón para vivir. Me considero fan ortodoxo de SW; creo en las tres primeras entregas, pero sólo me quedo con la segunda –que religiosamente veo cada 25 de diciembre–. El resto sólo son autocomplacencias de un director mediocre y un ejército de gente en busca de identidad. Hay quienes compran juguetes –de las nuevas ediciones– con los que nunca se divertirán, e incluso hay gente que llega a desdeñar las figuras de acción de aquella época (despintadas, mordisqueadas o quemadas). ¿De qué les sirve guardar cientos de cajas sin abrir? Nada tan triste como un juguete sin utilizar, porque además ni siquiera son juguetes 'de diseñador'. En este sentido, me siento orgulloso de mi colección –toda la serie Lily Ledy de 1983–, que me acompañó en varias aventuras cuando tenía entre nueve y diez años.
Salud
(foto: craptastica.com)