Esta mañana me recibió la noticia del deceso de Kurt Vonnegut Jr. uno de los escritores cuya obra cambió mi perspectiva sobre la creación literaria, y en cierto punto sobre la vida misma. La última vez que lo recordé de manera indirecta fue al escribir una nota acerca de su hermano, Bernard Vonnegut, pionero del sembrado de nubes para producir lluvia o nieve. La novela que me viene a la mente es Breakfast of Champions, la primera que compré de este autor, donde aparece como protagonista Kilgore Trout, el escritor de ciencia ficción más famoso de Midland City.
Creo que a pesar de todo, lejos de sentirme melancólico, su fallecimiento me recuerda la luz que sus escritos trajeron a mi existencia en momentos realmente difíciles, y es un buen pretexto para volver a leerlos. Que nadie espere llevar una vida complaciente, sin embargo, al final habrá quien pueda escribir en su epitafio las palabras que Vonnegut plasmó en la ilustración de una tumba en su novela Slaughterhouse 5: Everything was beautiful, and nothing hurt.