miércoles, enero 10, 2007

alea jacta est

Vaya que si esto es una historia fantástica: el 10 de enero del calendario romano, pero de hace 2056 años, Julio César se encontraba en la encrucijada de su vida; básicamente rebelarse contra el Senado o ser enjuiciado y perder su capital político. De acuerdo al historiador Suetonio, en su De Vita Caesarum, Divus Iulius, párrafos XXXI y XXXII, César se encontraba indeciso. Después de un día de fiesta, vagó toda la noche acompañado de su comitiva para reflexionar sobre sus actos hasta que en la madrugada llegó a la orilla del río Rubicon, la frontera de su provincia con Roma; tenía prohibido cruzarlo, so pena de ser acusado de traición, ningún general podía pasar con sus tropas, salvo en caso de una victoria para la república. En sus propias palabras, aun tenía la opción de retroceder, pero al atravesar el pequeño puente que tenía frente a él la única manera de resolver el problema sería por medio de la espada. A punto de amanecer, se encontró con una señal de los dioses; una deidad humana luminosa de gran estatura y belleza que tocaba la flauta le indicó el camino a seguir, que no era otro mas que pasar a la otra orilla. El prodigio fue visto por sus hombres y un grupo de pastores que se encontraban en el lugar. De inmediado dijo: "Marchemos a donde nos llaman los signos de los dioses y la iniquidad de los enemigos; la suerte está echada." Eso es lo que cuenta Suetonio, a saber. Para bien o para mal, este hecho marca el fin de la república y el inicio del imperio romano.
Dos siglos después y de acuerdo a los arqueólogos, esta es la foto (satelital) de aquel lugar donde los dioses enviaron a una criatura de luz.

Quiero pensar que de alguna manera gracias a sus actos tenemos Google Earth. Jo.